Este área recreativa se encuentra en Pomaluengo, junto al río Pisueña, detrás del punto limpio.
Para ver la dirección exacta pincha AQUÍ
Se trata de un gran espacio, cuidado y bien preparado con caminitos y bancos. Lo más llamativo es el excelente parque infantil y la vía verde que pasa junto al área y continúa siguiendo el cauce del Pisueña.
Tiene bastante espacio en parte con hierba y en parte recubierto de piedrecillas, lo que facilita que se pueda utilizar aunque haya llovido.
Lo peor es que tiene el punto limpio al lado y aunque no produce olores, la vista es poco agradable.
No es un área recreativa propiamente dicha, más bien es como un parque con un aspecto campestre y natural. Solamente tiene una mesa y aparcamiento.
Datos de interés
Vía verde del Pas
La vía verde que pasa junto al área, comienza mucho antes, en Ontaneda y termina en Astillero, está trazada sobre la antigua vía del ferrocarril Astillero- Ontaneda.
Son 30 km de camino para recorrerlo andando o en bicicleta. Los primeros tramos junto al río Pas, hasta Castañeda, después junto al Pisueña y el Suscuaja en el recorrido junto al área.
El paseo hasta Sarón, de unos 6 km, es fácil y bonito.
Os ofrecemos una descripción de la vía verde extraída de: http://www.saposyprincesas.com/actividad/cantabria/aire-libre/rutas/deliciosa-ruta-en-bici-por-la-via-verde-del-pas/
Si sois amantes de la naturaleza y el deporte, y además buscáis un “rico” plan en familia os proponemos una ruta en bicicleta por la Vía Verde del Pas. Con esta actividad disfrutaréis juntos de los hermosos paisajes pasiegos y también de sus famosos sobaos y otras dulces sorpresas.
Hace muchos años el tren unía la comarca del Pas con la costa cántabra. La ruta fue cancelada en los años 70 y las antiguas vías ferroviarias han sido convertidas en la llamada Vía Verde del Pas. La ruta recorre la exuberante belleza de los valles pasiegos, conocida en todo el mundo, así como lo son también sus ricos dulces artesanos, los sobaos y las quesadas.
Os proponemos recorrer en bicicleta un tramo de la Vía de 23 kilómetros, el que une las localidades de Ontaneda y Sarón, uno de los núcleos urbanos principales de la comarca. Para hacer el viaje de ida y vuelta necesitaréis todo el día, pero podréis para frecuentemente a reponer fuerzas en las numerosas áreas recreativas que salpican la Vía Verde.
SI los niños son pequeños podéis optar por acortar la ruta. Pero si buscáis un mayor reto aún, podéis continuar unos 11 kilómetros más, pues el recorrido original del tren y la Vía Verde arranca de nuevo, justo pasado Sarón, en la localidad de Obregón, atravesando el municipio de Villaescusa. La Vía Verde finaliza en El Astillero, localidad en la bahía de Santander, donde podéis tomar el tren hasta la capital cántabra con las bicicletas.
Nuestra ruta comienza en Ontaneda, localidad donde encontraréis algunos de más conocidos obradores de sobaos y quesadas pasiegas. Son los sobaos pasiegos originales, así que ¡no os olvidéis de meter alguno en la mochila para disfrutarlos durante el camino!
En Ontaneda hay, además, una heladería artesana que no os podéis perder. Está en la carretera principal, pero lo más rápido es preguntar por ella al llegar al pueblo. A continuación, después de disfrutar del rico helado, tomad la Vía Verde en la antigua estación de Ontaneda.
La Vía está habilitada para su uso exclusivo por senderistas, bicicletas y caballos en su mayor parte, aunque hay algunos tramos que discurren por carreteras comarcales. Hay que tener precaución al llegar a estas intersecciones y tramos compartidos con los vehículos de motor. No están muy transitados pero lo mejor es tomar precauciones y vigilar a los más pequeños.
Al pasar por pueblo de Santiurde de Toranzo, en el kilómetro 6, veréis un impresionante acueducto que se usaba antiguamente para traer el agua a estas poblaciones del interior. Además, pasaréis por algún que otro puente de hierro por los que antes circulaban los trenes y ahora adornan este impresionante camino junto al río Pas.
Pasados 12 kilómetros, una vez veáis el bonito puente de madera que cruza el río Pasa la altura de Corrobarceno, llegaréis a Puente Viesgo. Su vieja estación de tren alberga ahora un Museo de la Prehistoria.
Se trata de una tranquila y bella localidad, muy conocida por su balneario y por su riquísimo chocolate con churros. Una parada obligatoria para poder continuar el camino con más energía. El último tramo, de 15 kilómetros, entre Puente Viesgo y Sarón es totalmente accesible para sillas de ruedas.
Nuestra siguiente “dulce” parada se encuentra en el pueblo de La Penilla. Según os vayáis acercando notaréis como el aire comienza a oler ¡a chocolate! Sí, sí, chocolate. Y es que en este pequeño pueblo se encuentra la fábrica de chocolate Nestlé. La fábrica no ofrece venta al público, pero en las tiendas de la localidad podéis encontrar sus deliciosas tabletas de chocolate y bombones.
Os recomendamos reservar el chocolate para la vuelta porque en el destino de esta ruta, en Sarón, también hay una heladería artesana que no podéis dejar pasar. Se encuentra junto al Centro de Salud y el antiguo recinto ferial. Antes de emprender camino de regreso podéis comer en alguno de los restaurantes de la localidad o tomar un helado mientras los niños juegan en alguno de los parques infantiles de la localidad.
Todo un plan en familia para disfrutar de las bicicletas y de los “dulces” valles pasiegos.
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