domingo, 15 de enero de 2017

A. R. de La Escuela


Esta bonita área recreativa se encuentra en Cantabria, casi en el límite con Palencia. A 98 km se Santander.
Para llegar nos dirigimos hacia el puerto de Pozazal, nada más superarlo nos desviamos hacia Polientes, y a 8 km de Pozazal, en la carretera de Polientes, nos volvemos a desviar a la derecha, esta indicado en la carretera, 2,5 km hasta Valdeprado del Río.
Una vez en Valdeprado nos dirigimos hacia el barrio Penilla, justo antes de llegar aparece  a la izquierda, junto a la antigua escuela (Penilla no aparece en Google maps)
Para ver la ubicación exacta pincha AQUÍ

El área está a 950 metros de altitud. Ocupa el espacio de lo que debió ser el patio de recreo de la antigua escuela, que se compone de dos pequeños edificios adosados y actualmente con una buena rehabilitación. Está vallada y desde ella se disfrutan unas bonitas vistas hacia los alrededores.

Dispone de 4 mesas. Fácil aparcamiento. Sin sombra. Unos metros antes de llegar al área, a la derecha de la carretera disponemos de una fuente, de hecho es un famoso manantial al que acuden las gentes de los alrededores.



Es un lugar muy tranquilo, apropiado para el descanso. También resulta una zona idónea para pasear a pie o en bicicleta por las carreterucas y pistas de los alrededores.

Datos de Interés
Ruta de los pueblos abandonados
En el pueblo de Valdeprado del Río dejamos el coche para iniciar esta ruta que es circular y puede empezarse en otros puntos de la ruta. La ruta es de tres a cuatro horas de duración sin forzar mucho y si uno se detiene en los pueblos abandonados que salen al paso, te puede llevar algo más. 
El municipio en donde transcurre, Valderprado del Río, es el más despoblado de todo Cantabria junto a Valderredible. Son zonas que han sufrido un éxodo brutal a lo largo del siglo XX. La ruta ya tiene el nombre de los pueblos abandonados, lo que nos situa en perspectiva de por donde van los tiros en la zona. Es uno de los grandes problemas de estos entornos, la despoblación, y por otro lado su activo para estar tan sanos y poco tocados por la presión demográfica.
La primera parte de la ruta, en cuanto comenzamos a andar, nos va metiendo poco a poco en bosques de roble y la sensación es que te vas introduciendo en pleno monte. Apenas hay nadie en los alrededores, el sendero esta bien señalizado, si uno va solo le da tiempo para pensar en lo díficil que es encontrar espacios hoy en dia donde caminar tan alejado de la sociedad al uso donde vivimos.
Poco a poco nos vamos encontrando con los pueblos abandonados que estan diseminados por la ruta. Su ruina y deterioro nos marcan la señal del éxodo de la zona. El primer pueblo es MOROSO, no hay nada con vida, seguimos ruta y aparece un pueblo más grande: CANDENOSO. Todos son pueblos a más de 1000 m de altitud, este es más grande pero la misma ruina. Encuentro a dos paisanos rehabilitando una casa grande, son los primeras personas que encuentro después de un buen rato entre robles y hayas.
A partir de ahora es otra ruta, otro espacio, dejamos el monte y la sensación de estar perdidos en medio de el, y ahora bajamos por una pista en buen estado. Las vistas que se abren ya nos muestran Mataporquera, a lo lejos la Montaña Palentina... Al poco atravesamos un hayedal precioso hasta llegar a Hormiguera que ya es un pueblo que esta habitado y tiene casas cuidadas.
Vamos mezclando ratos de senda y otros de carretera y pasamos Sotillo y poco a poco llegamos a Valdeprado del Río donde hemos comenzado la ruta. Estamos cansados pero a gusto. Son dos cosas las que me quedan en la mente: el primer tramo metido en el monte y caminando solo alejado de todo resto de sociedad urbana y por otro lado el estado de ruina y abandono de los pueblos del principio de la ruta.
Es una ruta para realizar un dia que apetece caminar durante un buen rato, que nos invita a reflexionar sobre la despoblación y a que lejos estan estos entornos de una ciudad al uso tradicional. Por otro lado, para los que estan habituados a vivir en zonas urbanas, el tener contacto con espacios como estos donde te tiras un buen rato caminando entre bosques autoctonos, puede ser una experiencia muy gratificante.
Una ruta recomendable y que según las estaciones, nos encontraremos unas particularidades en cada época.
Extraído de http://valderrediblesostenible.squarespace.com/blog/2010/8/13/pr-s-34-ruta-de-los-pueblos-abandonados.html


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