Para ver la ubicación exacta de la primera área pincha AQUÍ
Las otras dos se ven con facilidad junto a la carretera, separadas entre sí por unos 6 km.
1ª- En El Collado: Cuenta con 2 mesas y un columpio, vallada con un murete. Frente a ella se puede tomar la senda fluvial Muñorrodero-Camijanes.
Para ver la senda fluvial pincha AQUÍ
al final de los datos de interés está la información.
2ª- En el kilómetro 12 junto a Rábago, en dirección Celis se encuentra otra con 3 mesas.
3ª- En el kilómetro 18 está la última, con 2 mesas, ésta cuenta con un mirador y un pequeño aparcamiento.
Datos de interés
Ruta entre Pesues y Puentenansa
El primer pueblo que se localiza en el itinerario es Muñorrodero y un poco más adelante Luey. De aquí se puede tomar un desvío a través de una carretera comarcal para llegar a Abanillas y luego Estada, donde destaca su famosa torre defensiva del siglo XIII.
La
ruta sigue la carretera general, hasta llegar a Camijanes, donde
sobresale un conjunto de casas rústicas, además de su iglesia parroquial
del siglo XVIII que custodia varios retablos interesantes y el puente
sobre el río Nansa. Un poco antes de llegar al pueblo de Camijanes, se
puede tomar una comarcal hasta Cabanzón, pequeña localidad presidida por
una espectacular torre de mampostería.
De nuevo en la carretera
general, el camino se bifurca. A la izquierda el camino que conduce al
tranquilo y bonito pueblo de Bielva, donde hay que ver su iglesia gótica
y su conjunto de casas escudadas. A la derecha, el que llega hasta Cades,
una pequeña aldea donde se puede visitar su antigua ferrería que data
del siglo XVIII y que, tras su reconstrucción, muestra a los visitantes
cómo eran las antiguas ferrerías. Hoy en día la ferrería se ha
convertido en un museo que se puede visitar para recordar el oficio de
ferrero, que en su día tuvo tanta importancia en la comarca de
Saja-Nansa.
La Ferrería de Cades se puede
visitar los sábados entre las 10 y las 14 horas y la demostración del
antiguo oficio es a las 12 horas.
De nuevo en la carretera
general, la ruta se desvía a la izquierda para llegar al pueblo de Rábago, lugar de entrada a la cueva El Soplao. La cueva, situada
entre los municipios de Valdáliga y Rionansa, es conocida desde finales
del siglo XIX debido a la explotación de las minas de La Florida, pero
en su interior guarda también un auténtico “paraíso” natural conformado
por impresionantes formaciones. El Soplao constituye una maravilla
espeleológica a nivel internacional, con grandes superficies tapizadas
de aragonitos, helictitas, pisolitas gours, estalactitas, estalagmitas y
excéntricas, que provocan todo un juego de luces y sombras, sensaciones
y olores. Adentrarse en este universo interior no es tarea fácil y,
precisamente por ello, sus encantos han permanecido ocultos en el tiempo
para la mayoría. La apertura de la cueva para su uso turístico se
realizó en julio de 2005 y el proyecto completo diseñado por la
Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de Cantabria contempla, además
del Territorio Soplao, la construcción de un Museo de la Minería. De
esta forma, el visitante podrá conocer la labor realizada por la
naturaleza a lo largo de los siglos y acercarse, al mismo tiempo, a la
historia de la minería, retratada en los túneles y arqueología minera
que se conserva en la cavidad, explotada ya en época romana y,
posteriormente, desde el siglo XIX hasta el año 1979.
Ver datos de interés del área de Muñorrodero, pincha AQUÍ
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